Un equipo de investigadores de la Escuela de Medicina de Harvard ha explicado la neuroanatomía implícita de la acupuntura que activa una vía de señalización específica.
El estudio se realizó en ratones y mostró la existencia de un subconjunto de neuronas presentes para que la acupuntura desencadene una respuesta antiinflamatoria a través de esta vía de señalización.
La acupuntura es una técnica tradicional de China
Que se ha implementado durante milenios para tratar el dolor crónico y otros problemas de salud asociados con la inflamación.
Mediante la inserción de agujas muy finas se estimulan partes específicas del cuerpo, esto crea un cambio en las funciones físicas, aunque las bases científicas de esta práctica siguen siendo poco conocidas.
Se determinó que sólo existen las neuronas necesarias para la acupuntura en una área específica de la región de las extremidades posteriores, brazos y piernas.
Este descubrimiento permite explicar el motivo por el cual la acupuntura sirve en las extremidades posteriores y no en el abdomen.
Algo que le llamó la atención al equipo de investigación fue la tormenta de citocina, la cual consiste en una liberación rápida de citocinas que con frecuencia genera una inflamación sistemática severa y puede ser desencadena por muchas situaciones.
Las citocinas son un tipo de proteína elaboradas por algunas células inmunitarias y no inmunitarias, tienen un efecto secundario en el sistema inmunitario.
Qiufu Ma,
Investigador principal y profesor de neurobiología en el Instituto de Cáncer Dana-Farber, estudió el problema médico de la tormenta de citocina.
Esta respuesta inmunológica tiene una tasa de mortalidad muy alta, del 15 al 30 por ciento, sin embargo, faltan medicamentos para tratarla.
En recientes años,
La acupuntura se introdujo a la medicina occidental como un tratamiento antiinflamatorio.
La técnica consiste en una estimulación mecánica, esto permite un desencadenamiento de señalización nerviosa que afecta la función de otras partes del cuerpo, incluidos los órganos.
Un estudio realizado en el 2014 mostró que la electroacupuntura, una versión moderna de la acupuntura tradicional la cual utiliza estimulación eléctrica, podría reducir la tormenta de citocinas en ratones.
Se disminuyó activando el eje vago-adrenal, el cual es una vía en la que el nervio vago envía señales a las glándulas suprarrenales para liberar dopamina.
Los investigadores descubrieron en un estudio realizado en el 2020, este efecto de electroacupuntura era específico de una región.
La cual era eficaz cuando se administraba en la región de las patas traseras, pero no tenía efecto cuando se administraba en la región abdominal.
De acuerdo con los científicos, podrían existir neuronas sensoriales exclusivas en las patas traseras, responsables de esta diferencia en la respuesta.
En el nuevo estudio presentado en la revista Nature, los investigadores realizaron una serie de experimentos en ratones para investigar esta hipótesis.
Primero,
Identificaron un pequeño subconjunto de neuronas sensoriales marcadas por la expresión del receptor PROKR2Cre.
Determinaron que dichas neuronas eran de tres a cuatro veces más numerosas en el tejido de la fascia profunda de la extremidad trasera, en comparación con la fascia del abdomen.
Luego, el equipo creó ratones a los cuales les faltaban estas neuronas sensoriales, descubrieron que la electroacupuntura en la extremidad trasera no activaba el eje vago-suprarrenal en estos ratones.
Finalmente, en el último experimento, los científicos exploraron la distribución de las neuronas en las patas traseras.
Descubrieron que existen más neuronas en los músculos anteriores de la extremidad trasera, en comparación con los músculos posteriores, esto resulta en una respuesta más fuerte a la electroacupuntura en la región anterior.
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