El uso de teléfonos inteligentes o smartphones se ha extendido en gran parte de las sociedades alrededor del mundo.
Aunque estos aparatos facilitan la vida de millones alrededor del mundo, no están exentos de causar efectos negativos en sus usuarios, principalmente en los jóvenes.
Según un estudio del King’s College de Londres, 40% de sus estudiantes encuestados mostraron síntomas de adicción a sus teléfonos inteligentes.
Los investigadores encontraron señales de adicción en 406 de los 1,043 encuestados.
Estas incluyeron la pérdida de control respecto al uso del teléfono.
Ansiedad cuando se separan de sus dispositivos y el dejar de hacer otras actividades debido al uso de su smartphone.
Según este estudio publicado el 2 de marzo en Frontiers in Psychiatry, también se detectó evidencia de alteraciones en el sueño asociados al uso del celular.
Los investigadores señalaron que el 69% de los encuestados pertenecientes al grupo con comportamiento adictivos reportó no dormir lo suficiente.
Además, 57% de los encuestados no pertenecientes al grupo con comportamientos adictivos también reportó dificultades para dormir relacionadas con el uso del celular.
En este sentido,
Otro estudio publicado en la revista Sleep también detectó que un 89% de una muestra de estudiantes universitarios padecía nomofobia, es decir, el miedo a separarse de su smartphone.
Además, un mayor nivel de nomofobia se relacionó significativamente con una mayor somnolencia diurna y más comportamientos asociados con una mala calidad del sueño, encontraron los investigadores.
Aunado a esto, un estudio de la Universidad de Sevilla detectó un mayor uso del teléfono inteligente entre los universitarios a partir de la pandemia de Covid-19.
Según los investigadores, previo a la pandemia, los estudiantes universitarios de 20 a 36 años usaban su teléfono móvil 6 horas al día en promedio.
Posterior a los confinamientos por el coronavirus, reportan, esta cifra aumentó a más de 8 horas al día, en promedio.
Dicho estudio publicado en la revista Sustainability también relacionó el número de horas que los jóvenes pasan sentados, su nivel de actividad física y su estado de ánimo al utilizar el celular.
Los resultados apuntan
A un uso tres veces mayor del smartphone de parte de estudiantes con niveles más bajos de actividad física, comparado con otros jóvenes.
Este estudio encontró, como los otros, una peor calidad del sueño entre los usuarios más asiduos de estos dispositivos.
Los smartphones son herramientas verdaderamente útiles para la vida diaria, poniendo a disposición de sus usuarios muchas facilidades para la comunicación y el entretenimiento.
Sin embargo, un uso desmedido de estos dispositivos, particularmente en la población joven, se asocia con efectos negativos en la calidad del sueño.
Esto resulta preocupante, dado el vínculo existente entre la calidad del descanso y la salud de las personas, por lo que se recomienda moderar el uso del celular y acudir a un especialista de ser necesario.
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