El potencial crecimiento de la telemedicina en el mundo fue un parteaguas para la industria médica durante la pandemia por Covid-19.
Con datos de Forrester Research, para finales de 2020 había mil millones de citas de telemedicina solamente en Estados Unidos.
Su ascenso como alternativa a las consultas presenciales fue un cambio notable para la realidad de muchas personas.
Los científicos informáticos han prometido durante mucho tiempo que la inteligencia artificial (IA) podría facilitar el trabajo de atención médica, y en última instancia, mejorar la experiencia para los pacientes.
Sin embargo, la empresa IBM precisó que la inteligencia artificial no transformará la atención médica durante otra década.
“Dentro del mundo de la tecnología, el progreso tiende a ocurrir lenta y luego rápidamente“, señaló Andrew Ng, fundador de Google Brain y jefe en Baidu, quien aseguró también que todavía la industria de la tecnología se mantiene en el proceso de mejorar el desarrollo de la atención médica.
Todavía existen algunas dudas sobre la implementación de la IA en la telemedicina, por ejemplo, los practicantes de medicina han tenido que adaptarse a este nuevo ritmo para el cuidado de la salud y aprender nuevas habilidades.
“Cuando se usa la telemedicina, es crucial que los profesionales presten especial atención a las expresiones faciales o matices de un paciente“, detalló Ng.
Asimismo,
Algunas empresas, como Nuance AI, adquirida por Microsoft, están desarrollando herramientas capaces de escribir recetas médicas, pero hasta el momento la tecnología es solo un servicio de transcripción.
Ello debido al a brecha de tecnología que impide obtener un beneficio real de este sistema operativo para reducir la carga de trabajo de los doctores.
La atención médica es un negocio de alto riesgo, cuando hay errores en la medicina, un diagnóstico perdido, un medicamento mal administrado, las personas pueden morir.
Ante ello,
Ng destaca que hay múltiples barreras para conseguir que la IA funcione dentro de la atención médica, pues los algoritmos deben ser mejores y necesitan abordar con precisión las enfermedades.
Aún existen dudas y preocupaciones sobre su efectividad, costo y accesibilidad, pacientes de bajos recursos o personas quienes no están familiarizadas con la tecnología suelen ser excluidos de la telemedicina.
Además, otras ramas de la medicina por ahora son imposibles de adaptar a la telemedicina, por ejemplo, la otorrinolaringología.
Ahí los profesionales de la salud deben hacer una evaluación exhaustiva al interior de los oídos o nariz del paciente.
Si bien la telemedicina probablemente se podrá convertir en una alternativa para la atención médica, ahora debe centrarse en optimizar las herramientas como la inteligencia artificial para mejorar el servicio.
En el futuro, posiblemente los pacientes podrán beneficiarse y encontrar alternativas no solo en consultas, sino análisis clínicos, emergencias o brindar seguimiento médico a los pacientes.
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