La tecnología de reconocimiento facial se ha vuelto ampliamente utilizada por las fuerzas del orden en todo el mundo.
A finales de 2020 la firma Markets and Markets informó que las ventas de sistemas biométricos podrían alcanzar la suma de 68 mil millones de dólares para 2025.
Recientemente un startup israelí de biometría llamada AnyVision, solicitó una patente estadounidense sobre tecnología de reconocimiento facial aplicada a drones.
“Posicionamiento de drones para el reconocimiento facial mejorado“, es el nombre de la tecnología solicitada por AnyVision.
Donde a través de una computadora se analiza el ángulo de la cámara de un dron y el rostro de una persona en el suelo, después se instruye al dron sobre cómo mejorar su mirador.
¿Cómo funciona?
El sistema puede enviar imágenes a través de un modelo de aprendizaje automático entrenado para clasificar rostros individuales.
Además, el modelo predictivo devuelve una clasificación con una puntación de probabilidad, si la puntuación cae por debajo de un cierto umbral, todo el proceso comienza de nuevo.
Ante esta situación, los activistas están pidiendo que se ponga fin por completo a su uso.
“Un futuro definido por este tipo de vigilancia masiva, borraría por completo la privacidad y el anonimato en público tal y como se conoce hasta el momento“
Explicó Kade Crockford, directora del programa de tecnología para la libertad de la ACLU de Massachusetts
Si bien al igual que con cualquier solicitud de patente, no hay garantía de que el reconocimiento facial aparezca en un producto real, aborda un problema técnico muy real.
Estos sistemas suelen procesar imágenes capturadas por cámaras fijas y capturar un ángulo claro del rostro de alguien.
Las empresas privadas no son las únicas que emplean el reconocimiento facial en sus productos.
La policía metropolitana de Londres también la utiliza para búsquedas de criminales, aunque el sistema ya ha reportado coincidencias incorrectas en un 98 por ciento de los casos.
Startup AnyVision
Ahora, la startup AnyVision sigue en la silenciosa pero agresiva acción de conseguir contratos con sistemas probados por las autoridades de Estados Unidos.
La seguridad biométrica es un negocio en rápido crecimiento y su aceleración aumentó a raíz de la pandemia.
Una situación que espera aprovechar la startup con sede en Jolón, Israel, para crecer su negocio de drones implementando la herramienta de reconocimiento de rostros.
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