Según la plataforma de datos Statista, la demanda de litio alcanzará los 2.1 millones de toneladas para 2030. Esto será impulsado por el cese de la producción de vehículos de gasolina y diésel, anunciado en varios mercados clave, lo que convertiría a los vehículos eléctricos en los principales impulsores de la demanda de litio, asegura el portal.
La demanda de litio ha crecido en años recientes, principalmente por la demanda de vehículos eléctricos, según Statista. En 2019, la demanda fue de 263 mil toneladas de carbonato de litio; en 2020, de 327 mil y en 2021, de 465 mil. Además, según datos del Servicio Geológico de Estados Unidos, la producción global de litio experimentó un pico en 2021, con 100 mil toneladas extraídas.
Pese a ser uno de los componentes clave para manufacturar baterías para vehículos eléctricos, el Foro Económico Mundial (FEM) considera que los suministros globales están bajo presión debido a la creciente demanda de estos automóviles. En este sentido, resalta el incremento en la venta de vehículos en 2021, con 6.6 millones de unidades vendidas, frente a las tres millones de 2020. Además apunta a la disminución de la venta de automóviles de gasolina y diésel durante la próxima década, ante el compromiso de 30 gobiernos de detener la venta de nuevos modelos de combustión interna para 2040.
A pesar de este incremento en ventas, el FEM señala que, para alcanzar las emisiones netas cero, 2 mil millones de vehículos eléctricos deben ya estar en circulación para 2050. No obstante, el fabricante de automóviles Volkswagen ya vendió su inventario de vehículos eléctricos de Estados Unidos y Europa para 2022. La camioneta E-Transit, de la automotriz Ford, también agotó su preventa incluso antes de comenzar su producción, apunta el FEM.
En este sentido, la Agencia Internacional de Energía (AIE) considera, el mundo podría enfrentar escasez de litio para 2025. Además del desafío del incremento en la demanda, también existe el desafío de la concentración de este recurso en pocos lugares, con más de la mitad de la producción actual ocurriendo en áreas con un alto estrés hídrico, señala el FEM. Pese a esto, existe la perspectiva de que desarrollos futuros con baterías o métodos de fabricación alivien eventualmente parte de la escasez de dicho mineral.
Recientemente este tema ha ocupado un lugar protagónico en la política mexicana, sobre todo por la reforma a la ley minera, como respuesta a esta tendencia de mayor explotación del litio. Con dicha reforma se quiso garantizar la soberanía energética del país sobre el litio y otros minerales que resulten estratégicos y necesarios para la transición energética. De esta manera, la exploración, explotación y aprovechamiento del dicho mineral y sus cadenas de valor económico son ahora una actividad exclusiva de la nación.
Además, el 23 de agosto de 2022 se decretó la creación de Litio para México (LitioMX), un organismo público descentralizado coordinado por la Secretaría de Energía. Dicho organismo administrará la exploración, explotación, beneficio y aprovechamiento del litio mexicano, así como la administración y el control de las cadenas de valor económico de este material.
El aumento en la demanda de litio es una tendencia que se observa desde tiempo atrás, principalmente con el aumento en la demanda de vehículos eléctricos y la necesidad de energías limpias. Ante este panorama, países como México toman la precaución de asegurarse legalmente los beneficios de la cadena de valor de dicho mineral extraído en su territorio.