De acuerdo con Ana de la Barrera Avilés, investigadora del Programa Universitario de Alimentos (PUAL) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), comer frutas es más saludable que beber jugos.
Esto de debe a que se pierden nutrientes importantes durante el proceso de extracción del jugo.
Asimismo, la ingesta elevada de jugos aporta cantidades importantes de azúcares, cuyos efectos pueden desencadenar problemas de salud, y convertirse en un tema de salud pública entre la población con diabetes.
El consumo de fruta está asociado con importantes beneficios según especialistas de la salud; sin embargo es importante considerar cómo y cuántas frutas se ingieren.
La especialista del PUAL informó,
“si masticamos la fruta en lugar de beberla, consumiremos una pieza; pero el consumir el jugo consumimos de 2 a tres frutas completas”.
En ese sentido, el consumo de fructosa incrementa, lo que genera un aumento de azúcar en el organismo cuando es procesada por el intestino, hígado y riñones.
Al licuar o extraer el jugo de las frutas se pierden nutrientes clave para la salud y saciedad, como la fibra y algunos fitonutrientes, como el betacaroteno.
La vitamina C contenida en diversas frutas se pierde con facilidad por el contacto con metales, oxígeno, y luz ultravioleta (UV), indicó Avilés.
Un estudio publicado por el Centro Nacional de Información sobre Biotecnología por parte de los Institutos Nacionales de Salud (NIH, por sus siglas en inglés) indicó, los fitonutrientes son clave para el funcionamiento del cuerpo humano.
Según la investigación,
Una ingesta adecuada de estos nutrientes puede prevenir desórdenes alimenticios, infecciones, procesos de inflamación, y algunas enfermedades degenerativas.
Con respecto al consumo de jugos, especialistas informaron que la combinación de altos niveles de azúcares con pocos nutrientes pueden contribuir a desarrollar o empeorar padecimientos como la diabetes tipo 1.
Ello se debe principalmente a una percepción equivocada sobre la salud de estas bebidas, cuyos efectos se combinan con hábitos alimenticios deficientes.
Según el Atlas de la Federación Internacional de Diabetes, en México hay más de 26 mil 578 personas con diabetes tipo 1 en la población de 0 a 19 años.
Se trata de una condición que afecta a niños, adultos y jóvenes, y de no tratarse adecuadamente puede generar importantes problemas de salud con los años.
Luis Eduardo Calliari,
Pediatra de la Facultad de Ciencias Médicas Santa Casa, con sede en Sao Paulo, explicó: “el cambio en la alimentación de los pacientes con diabetes es esencial para garantizar la calidad de vida”.
Junto con los hábitos de actividades físicas y monitoreo de glucosa, es importante controlar el consumo de azúcares, por ello diversos especialistas informaron sobre el riesgo de la ingesta elevada de jugos.
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