Inflación como antesala de una posible recesión económica global es un fantasma que no se puede quitar de los pensamientos de la mayoría de los países del mundo. Ayhan Kose, jefe de crecimiento equitativo, finanzas e instituciones del Banco Mundial dijo el 15 de septiembre de 2022, “existe una posibilidad remota de que la economía mundial no sea vea afectada por una recesión, por lo que ojalá se produzca una ‘aterrizaje suave’“.
Borja Ribera, profesor del EAE Business School explicó para NotiPress, “al hablar de recesión, me transportó a la experiencia de la recesión mundial de 1982, la cual coincidió con la segunda tasa de crecimiento más baja en las economías en desarrollo en las últimas cinco décadas, aunque fue superada el año 2020“. Por su parte, provocó más de 40 crisis de deuda y, con posterioridad, se produjo una década de crecimiento perdida en muchas economías en desarrollo. Entonces, ¿qué pasará si caemos de nuevo en una recesión?, se pregunta el catedrático.
Latinoamérica tiene dos de sus economías más grandes con buenos signos vitales en términos de economía: Brasil y México. La inflación en México para septiembre fue de 8.7%, mientras el 9 de noviembre de 2022, el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) se ubicó en 8.4 por ciento. Datos del Instituto Nacional de Geografía y Estadística revelan una caída de los precios del gas LP, la papa y cebolla, aguacate, entre otros. Ribera amplía, “hay que iniciar por explicar que la inflación es una consecuencia del consumo, ya que, si disminuye, no suben los precios, y la única medida conocida y que está validada es la subida de los tipos de interés por parte de los bancos centrales“.
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Para el profesor del EAE Business School, se espera que los bancos aumenten las tasas de política monetaria mundiales hasta casi un 4 por ciento de cara a 2023. Esta cifra representa un aumento de más de 2 puntos porcentuales sobre el promedio de 2021. Con esta medida, la expectativa es que las disrupciones en el suministro y las presiones del mercado laboral disminuyan.
Asimismo, el aumento en las tasas de interés y la reducción del consumo global por la escalada de precios, hacen augurar a una recesión en todo el mundo, aunque esos presagios pesimistas están en entredicho por algunos expertos y agremiaciones. Existen resultados positivos de las empresas, por lo cual se llama a la calma y se advierte de la existencia de una reducción del crecimiento, pero no de una recesión como tal, agrega el especialista.
Según el Estudio Económico 2022 de CEPAL, los países de América Latina y el Caribe tienen un panorama económico complejo. Se espera bajo crecimiento en el contexto de una aceleración inflacionaria a nivel global. El endurecimiento de las condiciones financieras globales podría afectar negativamente a los países de la región.
La crisis bélica ruso-ucraniana y las tensiones geopolíticas mermaron la disponibilidad de alimentos y aumentos del precio de energéticos.
“Cada país tiene el deber de conciliar políticas que impulsen la reactivación económica con políticas dirigidas a controlar la inflación y dar sostenibilidad a las finanzas públicas“, señala el profesor.
Ribera aconseja, con el fin de aumentar los ahorros de las personas ante una posible recesión, lleven unas finanzas personales y del hogar de forma saludable como herramienta contra la inflación. Especialistas sugieren un impacto en Latinoamérica, pero el fantasma de la recesión económica es un fenómeno global.